........ ANTES........................DURANTE.... 1983-2016..................DESPUÉS.....


ANTONIO MARCELO VACAS/CARLOS A. GARCÍA ONIEVA. El año 1983 se aprobó el Estatuto de Autonomía para Extremadura y la región se convirtió en Comunidad Autónoma. Las elecciones convocadas tal año por Juan Carlos Rodríguez Ibarra desde la presidencia de la Junta de Extremadura, conseguida en octubre de 1982 merced a los votos de tránsfugas de UCD, las ganó el susodicho por mayoría absoluta, no pudo suceder nada peor para el futuro de Extremadura como posteriormente pudo comprobarse. En lugar de iniciarse un periodo de cambio hacia la libertad, el crecimiento y la prosperidad, con el que se había promocionado a la Autonomía, Extremadura conoció a partir de 1983 las consecuencias socioeconómicas, políticas y culturales, de la instauración de un Régimen caciquil que todavía parasita este territorio.
Vetado Ibarra por ZP para presentarse como candidato a las elecciones autonómicas de 2007, a modo de compensación, se le permitió elegir al candidato que le sucedería, eligió a Guillermo Fernández Vara que entonces le daba coba hasta en sueños, y que resultó ganador en las elecciones de tal año, acreditando sobradamente su catadura que hacía honor a la de su padre político y benefactor, perdiendo seguidamente las elecciones celebradas en 2011 a favor del Partido Popular, después de recibir un vapuleo continuo por nuestra parte en este periodo (2007-2011) sobradamente merecido, lo que nos valió varias querellas del “buen hombre” oliventino, presentadas a través de persona interpuesta.
En 2015, los deméritos de José Antonio Monago Terraza, y los de su cuadrilla, que cogieron el poder regional como el que coge una herencia de un tío de América y la despilfarra, junto a la conducta del “buen hombre” durante su forzada permanencia en la oposición, que pasó abjurando de su pasado caciquil, y al que por poco no le salen alas de lo arrepentido que estaba y lo bueno que decía ser, nos hizo asumir su presencia como cuenta el chiste ¿quiere Vd. a Guillermina por esposa? ¿Bueno si no hay otra cosa?
Y es no había otra cosa que la elección entre lo malo y lo peor, y en su día parecía que el “buen hombre” era lo malo, ahora ya no estamos seguros, sobre todo después de su cruzada personal para llevar a Rajoy a la Moncloa haciendo gala de su carácter franquista.
Así que transcurridos 33 años de Régimen, 29 de ellos con el dúo Ibarra&Vara de caudillos, por ahora, el saldo no puede ser más negativo para la población que va quedando en Extremadura.
Ibarra entró a saco creando desde el principio de su mandato una serie de intereses que le proporcionaran votos comprados, solo pensó en su interés, en lo más mínimo en el beneficio de Extremadura, organizó un inmenso pesebre regional con variantes según donde pacía el beneficiario, promoviendo progresivamente una macro estructura funcionarial, hasta llegar a los 50.000 efectivos autonómicos donde primaba el clientelismo, amiguismo y nepotismo, que junto al resto de los burócratas de carácter nacional, arroja una cifra de 100.000 funcionarios en la región, tocamos a uno por cada 10 habitantes, la cifra más alta de todas las regiones españolas.
Lo de crear riqueza, esencialmente a través de la industria y reformando la obsoleta estructura económica extremeña, no iba con Ibarra como tampoco ha ido con su sucesor, era una inversión a medio largo plazo y ellos tienen elecciones cada cuatro años. Así que, carreteras para todos que no iban a ninguna parte y pocos transitaban, y en pueblos olvidados de Dios, Polideportivos, Pistas de Tenis, Piscinas Olímpicas, Campos de Fútbol, Plazas de Toros, Jardines, charcas artificiales y similares, creando jornales coyunturales que daban votos pero no creaban riqueza que terminara con la incultura, porque a su vez la red de caciques municipales, fuente del poder de Ibarra y Vara, se han encargado por norma de hacer creer a los jornaleros y a sus familias que las obras eran por obra y arte de estos dos caciques, no consecuencia de la redistribución fiscal, mal empleada, y de las transferencias de la UE.
Y como no, el Régimen se apuntó a la burbuja inmobiliaria especuladora fomentando el ladrillo y el cemento, además que lo hacía del hormigón, lo que originó que cuando ocurrió el estallido hubiera un stock de 100.000 viviendas vacías en Extremadura y que según los expertos las últimas 10.500 construidas en Extremadura, se tardarán 17 años en vender, si se venden.
Lo de la Ordenación del Territorio, no lo tocó Ibarra, ni lo tocó el “buen hombre” lo que ha dado lugar a que en 15 municipios extremeños, de los 303 existentes, se concentre un 60% de la población regional y exista un desequilibrio espacial que ha lastrado la economía regional.
Población, algo más del millón de habitantes, que es la misma cifra que existía en 1983, aunque la actual está mucho más envejecida debido al crecimiento vegetativo negativo y la emigración de los más jóvenes, y más empobrecida en términos relativos.
Con 230.000 pensionistas en Extremadura, gran número de ellos jubilados, la Sanidad extremeña no da a basto porque naturalmente cada día aumentan los pacientes.
En el polo opuesto los jóvenes disminuyen y hace tiempo que los mayores de 65 años superan a los menores de 16, y un síntoma del desequilibrio lo muestran los escolares, 183.700 el curso 2014/15, con 13.890, profesores, 182.004 y 14.224 profesores el curso 2015/16, y 181.479 alumnos para 15.316 profesores el presente curso escolar 2016/17, con una perspectiva de mayores caídas en el alumnado acorde a las proyecciones demográficas negativas.
O SEA LOS GASTOS ESCOLARES PER CÁPITA AUMENTAN AL DISMINUIR EL ALUMNADO, Y LAS GASTOS SANITARIOS TAMBIÉN PERO POR AUMENTO DE LOS USUARIOS, lo que repercute en un Presupuesto regional completamente encorsetado, donde las mayores partidas la constituyen estos dos conceptos y donde los salarios, suponen el 40% de los gastos siendo la inversión mínima, casi todo se va en gastos corrientes para mantener el tinglado montado por lo que ya hoy es, el ultraconservador PPSOE.
En Extremadura la agroindustria se ha demostrado inoperante e improductiva, y para poner un ejemplo significativo, dentro de poco todos los cerdos que se crían en la región, saldrán de la misma en camiones, porque la producción de jamones no será viable como muestra el cierre progresivo de explotaciones.
La agricultura sin subvenciones es inviable, y acorde a nuestro subdesarrollo, la exportación de materias primas y productos agrícolas sin elaborar es mayoritariamente lo que sale de una Extremadura, donde el turismo, de media anual, ocupa escasamente el 30% de su capacidad hotelera. El comercio está en vías de convertirse exclusivamente en franquicias lo que perjudica a la reinversión, y actualmente no existe actividad alguna que pueda crear riqueza en este páramo tercer mundista donde “el buen hombre” vegeta, preocupado esencialmente por mantener a futuro su alto tren de vida que inició en 1995, una vez se quitó la careta a partir de junio de 2015 (marca un hito el nombramiento de su auxiliar administrativa y teleoperadora como Presidenta de la Asamblea tal mes) y comenzó a reproducir todos sus vicios de sátrapa provinciano cometidos durante su anterior mandato, declarándose como uno más de la Caverna conservadora que asola Extremadura.
Consecuencia de todo lo sinópticamente expresado es que en Extremadura no hay futuro, reina la injusticia, el desequilibrio y la desigualdad, se encuentra empobrecida, deshabitada y desertizada demográficamente, donde un 40% de su población es pobre, existiendo una muy considerable precarización y temporalidad en el empleo, hasta el grado de que parte de los declarados bajo el umbral de la pobreza tienen “trabajo”, solo el 30% de los jóvenes menores de 30 años tienen empleo, y el 84% vive en casa de sus padres.
Éramos la región con menor renta por habitante, los ingresos familiares más reducidos y los salarios más bajos en 1983, y lo seguimos siendo en la actualidad, y solo la alta burocracia autonómica, provincial y municipal, y los políticos a los que sirven, gozan de ingresos no ya similares, sino superiores a los de sus homónimos de Catalunya, País Vasco o Madrid, siendo el “buen hombre” el cuarto mandatario regional, después de los que mandan en los territorios citados, mejor retribuido del país ¿se lo merece? en absoluto.